*Declaraciones de Su Excelencia Reverendísima Monseñor Andrea Gemma.
Fuente Petrus.
¿PARA CUÁNDO LA BEATIFICACIÓN DE PÍO XII? CONFIAMOS EN BENEDICTO XVI.
CIUDAD DEL VATICANO. ¿Cuándo será proclamado Beato el Papa Pío XII? Creo no ser el único que deseo que este evento finalmente se haga, no sólo por la exaltación de un verdadero siervo de Dios, "Pastor angélico", un "defensor civitatis", el que impidió la destrucción programada de Roma, sino también porque se haga justicia a la obra de este gran Pontífice, contra cuya memoria están ávidos los desdichados profanadores del templo y endurecidos calumniadores. Es hora de que la Iglesia Católica, por boca de su altísimo Magisterio, haga justicia a la verdad histórica y se muestre, como siempre ha sido, reivindicadora de los méritos de sus hijos, aunque también humilde reconocedora de sus eventuales culpas. Hace poco tiempo, en una reseña de las causas de canonización pendientes ante la Congregación competente, a propósito de la del Papa Pacelli se dice que aún no está fijada la fecha de la proclamación de Beato "por razones de oportunidad". No sé realmente cuáles pueden ser tales razones sino aquellas de ponerse a cubierto de quienes le denigran. Algunos de estos, años atrás - lo recuerdo muy bien - dijeron, con una premura digna sólo de su mala fe, no poder proceder a aquella proclamación sino pasados por lo menos cincuenta años de la muerte de Pío XII. Pues bien, señores, el 9 de octubre del año en curso, 2008, se cumplirá exactamente el cincuentenario de la muerte del Papa Pacelli. Al día siguiente, entonces, el Magisterio de la Iglesia podría proceder a la deseada beatificación, rindiéndole finalmente justicia a él y a la Iglesia de Roma que en este Sumo Pontífice ha tenido un singular ejemplo de firmeza en la tutela de la doctrina, de caridad sin límites hacia todos los afectados por los horrores de la guerra y de las infaustas leyes raciales, ensalzador glorioso de la Madre de Dios a quien asignó la última gran corona con la definición dogmática de la asunción a los cielos. Para hacer elenco de los méritos y las glorias de Pío XII no dejaré de recordar los más bellos años de mi juventud, cuando por la proximidad a la Sede de Pedro me fue posible ver de cerca la figura hierática del Papa de mi formación sacerdotal, de escuchar en repetidas ocasiones su palabra, casi siempre inmerso entre multitudes desbordantes de las cuales suscitaba el entusiasmo y el grito agradecido. ¿Cómo no recordar aquel 4 de junio de 1944 - yo estaba en Roma - en el que se difundió la noticia de que las tropas alemanas habían abandonado la Capital renunciando a los actos de vandalismo,los desfiles espontáneos de los comunistas encendidos, muchos con el puño cerrado, que se acercaban a la Plaza de San Pedro a gritar dando gracias al salvador de la Capital de Italia? Un día realmente inolvidable… Volviendo a la beatificación, me viene a la mente el informe puntual que de dicha causa hizo a los fieles de mi diócesis de Isernia-Venafro,reunidos expresamente en Congreso, el jesuita Padre Gumpel, postulador de la misma. Manifestando su total creencia en la santidad de Eugenio Pacelli, así como los prodigios que le acompañaron en vida, recordó el milagro del sol en los jardines del Vaticano y la aparición de Jesús en el lecho del Pontífice, enfermo e inmediatamente después curado, evidenciando también las maravillas obtenidas por su intercesión. Otra cosa no puedo dejar de recordar. Cuando la reanudación del Concilio Vaticano II, después de la muerte santa de Juan XXIII, algunos Padres conciliares exigieron la inmediata beatificación del 'Papa Bueno' por aclamación, Pablo VI, que nunca había ocultado su gran admiración por su segundo predecesor - Pío XII - que lo había tenido como estrechísimo colaborador, respondió textualmente: "La causa de canonización de Juan XXIII va a seguir su curso normal, junto con la de su predecesor inmediato"… Aún hoy no sé las razones del porqué estas declaraciones autorizadísimas han sido desatendidas… En cuanto al que suscribe, puede hacer aquí un humilde confidencia, asegura que no pasa un día que no vuelva los ojos a aquel que contempla en el cielo de los Beatos, después de haber sido singularmente fascinado a lo largo de los años de su formación religiosa y sacerdotal. ¿Cómo podemos no decir en conclusión que la beatificación de Pío XII sería una preciosísima joya añadadia al pontificado de Benedicto XVI ya tan glorioso? Él, proveniente de aquella tierra que el Nuncio Pacelli benefició y bendijo y sucesor de él en la silla de Pedro, restablecería para siempre la verdad, por desgracia demasiadas veces conculcada por las insinuaciones calumniosas, a las cuales la crítica histórica ha respondido puntual y repetidamente. Padre Santo, escuchadnos!